Lo primero que hay que recordar es la nefasta gestión de Red Bull después de el bochornoso capítulo 'Multi 21' de Malasia 2013. No disimularon en ningún momento, e intentaron que, de forma descarada, Webber tirase la toalla para no ser ellos quienes le den la patada... cosa que acabó sucediendo. Y esa obsesión les pasó factura en China hasta con Vettel,
que intentó hacer un podio sin tener opciones para alcanzarlo.
Además, pudo perder bastantes puntos ante unas posibles sanciones, ya que fue uno de
los pilotos investigados por usar el DRS con banderas amarillas. Eso si, el australiano, con la pifia de su equipo con el carburante en clasificación y la tuerca que no se apretó en carrera, fue el principal perjudicado.
Los Lotus seguían demostrando que tenían un gran coche, y la mala salida privó a Kimi de luchar por la victoria, aunque viendo el ritmo de Alonso fue imposible que el finés le hubiese dado demasiada guerra.
Hamilton sudó su podio, pero demostró que le estaba cogiendo muy rápido el tono al Mercedes,
para posicionarse como un gran rival por el campeonato en pleno proceso de aprendizaje para no destrozar sus ruedas y gestionar las carreras con
inteligencia.
El excompañero de Lewis hizo un gran trabajo. Button intentaba que su McLaren progresase, con la conservación de neumáticos como punto fuerte.
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