No se ha disputado ni la cuarta carrera del año y los rumores sobre fichajes, despedidas y novedades se han disparado gracias a los cambios de normativa, los malos resultados de muchos equipos, los problemas económicos de otros tantos y la llegada de nuevas escuderías o proveedores de la F1 en 2015. Muchos medios de todo tipo aprovechan para lanzar estas habladurías al aire o, incluso, crear otras nuevas, con el único afán de acertar para ganar fama, credibilidad y renombre. Total, si fallamos y mentimos nunca pasa nada... o eso es lo que podemos pensar todos porque así lo he comprobado en varias ocasiones. Quien siga la actividad de esta página a través de las redes sociales sabrá cuál ha sido mi último "experimento", del que no diré mucho por no herir las sensibilidades de algunos ni alimentar los egos de otros.

Y esto, sólo es la punta del iceberg. Con la decisión de los de Maranello, la marejada se ha convertido en tsunami alimentado por todo tipo de rumores: recurrentes, con base, sin fundamento alguno, nuevos, importados del extranjero, inventados... Los principales son aquellos que, desde que Alonso no logró el ansiado triunfo en 2012, se han multiplicado: el español ficharía por McLaren. Para que estos se produzcan sólo hace falta que alguien de Woking alabe el pilotaje del español, que el Ferrari no llegue al podio o que salga una foto de hace años del corredor con Ron Dennis. No hace falta ser muy ducho en la matería para pensar que un piloto que no triunfa en un equipo se puede sentir atraído por uno que sí lo puede hacer, aunque ese lugar fuera un infierno para él años atrás. Si, dentro de unos meses, esta posibilidad se convierte en realidad, saldrán miles de "dueños de la exclusiva" aunque su información se les haya ocurrido tomando una caña en una terraza.
Como he repetido en numerosas ocasiones, todos los informadores tenemos nuestras fuentes. Son de todo tipo: oficiales, amistades, ocultas...; y con todas, con todas corremos el riesgo de meternos en un lío. Las primeras son las más fiables, pero ni en ellas nos tenemos que arriesgar. Con esto quiero decir que está muy bien debatir sobre posibilidades y opciones de futuro, especular con lo qué puede pasar o, simplemente, hablar. Todo esto está genial, pero no convertir todo ello en noticias, en evidencias... porque no lo son. Sí, el sonido del río lo provoca el agua en muchas ocasiones pero también las piedras. Así que, aquellos que las tiran, que no escondan la mano.
Como he repetido en numerosas ocasiones, todos los informadores tenemos nuestras fuentes. Son de todo tipo: oficiales, amistades, ocultas...; y con todas, con todas corremos el riesgo de meternos en un lío. Las primeras son las más fiables, pero ni en ellas nos tenemos que arriesgar. Con esto quiero decir que está muy bien debatir sobre posibilidades y opciones de futuro, especular con lo qué puede pasar o, simplemente, hablar. Todo esto está genial, pero no convertir todo ello en noticias, en evidencias... porque no lo son. Sí, el sonido del río lo provoca el agua en muchas ocasiones pero también las piedras. Así que, aquellos que las tiran, que no escondan la mano.
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