La particular "pasión" de Ferrari ya ha tenido su travesía por el desierto, sus mártires, momentos épicos, muchos otros terribles y trágicos, pero después de la muerte que supuso el fiasco en Malasia en China se esperaba la resurrección, y ¡vaya si ha llegado!



Pero antes de analizar cuáles pueden ser los principales problemas de Ferrari para alzarse con el título, vamos con lo bueno que he visto en China. La carrera fue un perfecto ejemplo de cómo dominar un gran premio con tranquilidad y haciendo muy bien todo. La salida fue perfecta para Massa y Alonso, y en la quinta vuelta los dos lideraban la clasificación. El problema para el brasileño fue que entró una vuelta más tarde que el asturiano y se encontró con mucho más tráfico, aunque Alonso combinó una estrategia perfecta con una colección de rotundos adelantamientos, un ritmo brutal y sin cometer ni un sólo error. Y aunque no hicieron la pole, los italianos han mejorado su rendimiento a una vuelta sin perder su consistencia en carrera.
Aunque no todo es alegría y confeti en Maranello. Saben que las gomas que menos duran les benefician ante muchos rivales, y las más duras también les vienen bien, pero hay muchas más escuderías que les superan en rendimiento con estos compuestos. Y viendo como evoluciona la polémica de los Pirelli, los suministradores van a ceder y proporcionar neumáticos más duros.

El otro problema que tiene Ferrari es que la nómina de favoritos es muy amplia. En los últimos años siempre hubo una referencia muy clara, pero esta temporada hay muchos coches que son competitivos, y es imposible vigilar bien a todos. Los problemas entre compañeros de equipos no son un monopolio de Red Bull, y las aguas bajan revueltas con la relación entre Alonso y Massa. Parece que todo se ha calmado, pero una metedura de pata que dañe al brasileño puede encender una mecha difícil de apagar. Y tampoco sabemos muy bien si la fiabilidad puede ser un problema para Ferrari, ya que en tres carreras, poco hemos podido ver.
Así que, de momento, los "ferraristas" seguiremos disfrutando de ver como los coches rojos pueden luchar; y los aficionados a la F1 lo haremos porque las alternativas son numerosas, y el espectáculo está garantizado. Lo mejor que podía pasar después de los capítulos esperpénticos que ha protagonizado Red Bull, y que sólo hacen daño a un deporte, que el domingo ofreció una carrera llena de emoción desde la primera hasta la última curva.
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