El francés se enfrentaba a 2013 como una auténtica prueba de su valía. Grosjean empezaba lejos del nivel de Kimi pero con el anuncio del paso de su compañero a Ferrari las tornas empezaron a cambiar. Con Räikkönen pensando en 2014, sin cobrar y con problemas de espalda Romain tomó las riendas y empezó a ejercer como líder de Lotus con 4 podios en las últimas 6 carreras del año y buenos papeles en las sesiones de clasificación. El galo ha conseguido borrar, en parte, la mala imagen con la que cerró 2012. Y digo en parte porque por su buen final de año no se puede aplicar para toda la campaña.
Grosjean ha mejorado en su rendimiento y comportamiento pero todavía le falta alcanzar un espíritu ganador, algo para lo que necesita una victoria. Su segundo puesto en Austin y su pelea con los Red Bull en Suzuka ha evidenciado que puede ganar una carrera en cualquier momento. Aunque ha tenido algunas lagunas en sus resultados, 2013 ha sido una buena temporada para el piloto francés: mucho más centrado, más fuerte en todos los aspectos y con visos de mejora. Si en 2014 sigue contando con un monoplaza competitivo puede tener un papel importante en el desarrollo del campeonato.
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