Brasil 2019: Bendito caos para Sainz y Gasly

Ser breve tras el Gp Brasil de F1 de 2019 es complicado pero voy a intentarlo. De Verstappen, poco que comentar que esta vez no sea bueno. El sábado se llevo la 'pole' con una autoridad tremenda que ha mantenido durante una carrera en la que ha respondido a los ataques de Hamilton con aun más bravura y una determinación propia de su talento. Max ha sacado partido a un Red Bull que sigue siendo un gran arma en curva y que ahora corre como el que más con un motor Honda que ya parece estar al nivel de los mejores en rendimiento y no demasiado lejos en fiabilidad.


Tras él debería haber acabado su compañero Albon pero una maniobra demasiado precipitada de Hamilton acabó con el que hubiera sido el primer podio para el tailandés.


Hasta este momento parecía que el podio iba a ser completo para Red Bull (y Toro Rosso), con Verstappen ganando seguido de Albon y Gasly, pero el británico superó al galo y arrolló al asiático. La maniobra le costaría a Lewis volver a pelear con el francés por la segunda plaza en un final ajustadísimo.


De poco le iba a servir a Hamilton tanta lucha porque tampoco iba a conservar la tercera plaza en el cajón. Cierto es que ya se jugaba nada pero le honra haber reconocido que se equivocó con Albon y pedir disculpas de forma pública. Ya no le iba a devolver un podio que se había merecido pero su comportamiento es ejemplar y además dejó el camino abierto a que fuera sancionado. Una penalización que llegó tarde porque Gasly tendría que haber celebrado su primer podio con otro novato en esta zona, un Sainz que se lo ganó y que acabó subiendo con todo su equipo horas después de que finalizara la carrera.


La carrera del español, además de los fríos datos que nos hablan de un tercer puesto tras salir en la 20ª y última posición, fue un resumen de este 2019 para el de McLaren. Cabeza fría, determinación y una consistencia que merecía un premio como este. Es cierto que se aprovechó de los incidentes y de exprimir la estrategia pero ha adelantado en pista con una agresividad que muchos echábamos en falta y se ha defendido con mucha fuerza.

Es toda una alegría que se convierta en el cuarto piloto español en pisar el podio y que sea él quien logre que los de Woking lo logren después de más de cinco años de sequía.


Sainz fue parte de un espectáculo positivo junto con unos Red Bull que muestran su candidatura a pelear por un mundial de 2020 con unos Mercedes y unos Ferrari que han demostrado sus carencias en esta carrera. Eso sí, gracias a ellos hemos tenido un final muy apasionante. El primero que lo propició fue el motor del coche de Bottas cuando demostró que los problemas de fiabilidad no son ajenos a nadie. Su abandono hizo que saliera el primer coche de seguridad y la locura se instalara en muchos garajes y monoplazas.


La mayor ración de despropósito nos la ha servido... Ferrari. Tras decepcionar en clasificación y meter la parta con la estrategia sus dos pilotos decidieron arruinar la carrera. Leclerc decidió superar a su compañero con agresividad pero limpieza. ¿Y Vettel que ha hecho? Devolver la maniobra con más agresividad aún y sin limpieza. ¡Ah! Además el germano se queja cuando gran parte de culpa es suya. Los italianos necesitan tomar decisiones ya porque ese equipo es un polvorín que no puede avanzar con estas peleas y esta falta de control.


Y no seguiré más con el tema porque como ferrarista empiezo a estar muy harto. Por lo demás, gran papel de los dos Alfa Romeo y de un Ricciardo que remontó tras un toque (y sanción injusta). Algo más discreto pero efectivo fue Norris con el otro McLaren, y afortunados Pérez y Kvyat para sumar los últimos puntos por delante de unos Haas que clasificaron muy bien pero que en carrera son un desastre al nivel de sus dos pilotos.

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