
Las cambiantes condiciones de pista del sábado y algunas sanciones administrativas (por cambios de motros, por ejemplo) nos dejaron una parrilla de salida de ensueño. El Ferrari de Schumacher en 14ª posición, el Renault de un Alonso ya campeón en 16ª y el último de todos (20º) el McLaren de Kimi.
Las posibilidades para ver una gran carrera se cumplieron y vimos adelantamientos de todo tipo, como éste del piloto español que calificó como uno de los mejores de su vida.
Pero aunque este movimiento es digno de recordar ya que fue una de las 13 posiciones que remontó el asturiano, lo que muchos recordamos es la memorable actuación de un finés: Kimi Räikkönen. Comenzó en la última posición y ganó la carrera. Los abandonos contribuyeron a esta hazaña, pero el de McLaren adelantó en pista a todo lo que se ponía por delante. Fue la mejor carrera de 2005, y eso que ya estaba casi todo decidido; y quizá una de las actuaciones más brillantes de Iceman.

Todo un carrerón del piloto escandinavo que no ha vuelto a subirse al cajón de Suzuka, pero que aquel 9 de octubre de 2005 realizó una de sus mejores carreras en la F1, sólo comparable a su gran actuación en Spa el 29 de agosto de 2004.
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